En 2019, el Proyecto Pusol celebró un doble aniversario. Por un lado, cumplimos cincuenta años de vida, desde aquella lejana década de los sesenta en la que Elche se transformó y el colegio de Puçol puso en marcha su experiencia educativa; y, por otro, celebramos también que hace diez años la UNESCO nos incluyó en el Registro de Buenas Prácticas de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial. En Puçol se consideró que haber llegado a este punto de nuestra pequeña historia y gozar de buena salud era motivo suficiente para una conmemoración y a ella nos dedicamos en cuerpo y alma. Pero no estuvimos solos (nunca lo estamos) en esta nueva aventura. Como siempre, tanto nuestra asociación -actual órgano gestor del Museo Escolar-, como el Protectorado de la Fundación Proyecto Pusol; nuestros socios fundacionales y las diferentes administraciones implicadas (Ayuntamiento -Visitelche-, Turisme Generalitat Valenciana), no solo acogieron con entusiasmo todas cuantas iniciativas se presentaron para celebrar esta doble efeméride, sino que aportaron los medios humanos y materiales necesarios para que nuestro cumpleaños brillara a la altura de lo que se esperaba de Puçol. Vaya por delante nuestro más sincero agradecimiento a todos/as ellos/as. Su aportación fue decisiva para que el trabajo realizado llegara a buen puerto.

Fueron numerosas las actividades que se fueron desgranando durante el otoño pasado, con el objetivo de sostener en el tiempo la celebración de un aniversario en el que nos volcamos con todas nuestras fuerzas. Entre estas actividades, una de las más satisfactorias para el que esto escribe fue la de colaborar con Cuadernos Viajeros.

Todo comenzó a finales de 2018, cuando de una suerte de conversación informal –café por medio- surgió la idea de que viajáramos al pasado recorriendo las salas de nuestro museo desde una óptica distinta: la de sus dibujos. Comenzábamos entonces a planificar nuestros actos conmemorativos y pensamos que hacer una exposición con estos dibujos y exhibir las obras de este entrañable grupo de amigos/as, tal como ven y perciben el museo, debería ocupar un lugar central en nuestra programación. Poco más hizo falta para darle forma a un proyecto que, desde el principio, nos entusiasmó a todos/as.

A partir de enero de 2019 empezaron la tarea y el museo se fue poblando cada sábado de un nutrido elenco de artistas que, en su doble condición de dibujantes y de viajeros, se acercó al pasado con curiosidad. Durante muchas jornadas, Cuadernos Viajeros estuvo en Puçol con sus sillas portátiles, armados con sus pinceles, sus pinturas y sus libretas repletas de sensaciones y vivencias; e impregnaron de vida y color los objetos de otra época que aquí reposan.

Y es que pocas actividades resultan tan reconfortantes para aquello que podríamos denominar el “espíritu” como dibujar. Escoger el momento, sin prisas; ese instante que remansa las horas del día o de la noche y hacer buen uso de él. Elegir un lápiz –pongamos por caso-, aprisionarlo entre los dedos y empezar a trazar líneas, curvas y sombras; y esperar un resultado que nos satisfaga y nos ayude a continuar… Así, los objetos del museo fueron cobrando vida en el papel. La vida cotidiana de nuestros/as abuelos/as quedó plasmada en un fresco libre y espontáneo, fruto de destreza y corazón.

Y como lo prometido es deuda, nuestro doble cumpleaños comenzó con la inauguración –en septiembre de 2019- de una exposición en el museo: Pasado dibujado. Cuadernos Viajeros en Puçol, la primera realizada en el curso 2019-2020, acontecimiento que congregó a un numeroso público que no quiso perderse la oportunidad de acompañarnos ese día. Pudimos ver y tocar sus cuadernos, aguardando impacientes la sorpresa del paso de unas hojas en las que descubrimos un museo distinto, poblado de luces, perspectivas y escenarios diversos. Muchas láminas se mostraron colgadas de unos hilos, sujetas apenas con unas pinzas para unirlas a la tierra, cosecha de colores que invadió por un tiempo nuestras colecciones y compitió con ellas en belleza. También oímos decir entonces a nuestros amigos viajeros aquello de que “hay que dibujar todos los días”, sabio consejo que algunos/as consideramos inaplazable, aunque los resultados tarden en llegar, probable eventualidad que no olvidaron mencionar y para la que tuvieron las necesarias palabras de ánimo.

Apenas un par de meses más tarde, gracias al patrocinio de Turisme Generalitat Valenciana, salió el libro Cuadernos Viajeros en Puçol, libro que reúne una selección de un centenar de dibujos, de los más de doscientos que, durante meses, se hicieron en nuestras salas. Sus páginas condensan una selección de aquellos rincones del museo por los que nuestros/as amigos/as no quisieron pasar sin dejar hablar a sus manos. Así, nos regalaron las obras que reúne este volumen; todas ellas conforman el viaje sentimental a un pasado recreado con entusiasmo por un grupo humano con el que, desde entonces, tenemos contraída una deuda de gratitud.

Autor: Rafa Martínez, director de la Fundación Proyecto Pusol.